Souvenir de 140 mm

Qué resguardo inacabado
reflejan los ojos tras el lente
como aguas quietas,
capaces de beberse la luz
por los costados.

Qué desvela el gesto distante
al mentón que le precede
esbelto y lento
como una isla de miel

Adónde iría
esa perspectiva agradable
que cruza la retina
golpea,
un pequeño trueno sordo
como una dulce mentira
un talismán que no se entiende
el ademán tras el abrazo
de las pestañas
como el deseo de verse reflejado
en esos, tus ojos.

Cristian Leyva – De esperar te espero, no tardes, que tengo frío.

I

No se dormirá el dolor
sobre nuestro nido recién fundado,
si haces guardia en mi colchón
para espantar al desespero acorazado.

Habito en tu abrazo
para purgar lo que me aqueja
mi ensueño nace en tu regazo
donde suenan armónicos
los ríos de nuestras venas

Mensajero de la tarde
     mi corazón quebradizo
       el horizonte distante me arde…
pero si siento la compañía silente
de tu cariño preciso
encuentro un motivo
una convicción valiente
inmune al error,
inmune a la carne
porque… como el agua al molino
eres el empuje
que al espíritu embarga.
si te tengo hay vitalidad que ruge
porque contigo
en verdad que no me falta nada.

 

II

Cometo un promedio
De cinco errores
Y dos cigarros
Antes de despertar completamente,
Antes del desayuno
Cometo un promedio
De cinco crímenes sonoros
Y dos enemistades con los vecinos
Antes de despacharme
A la ducha y su reverb

Cometo dos minutos/ dos tercios de hora frente al espejo

Afeitando una identidad adulta
Que todavía no se forma
Y un evacuar matinal
Evocando el recuerdo de una selva nunca conocida

        Cometo mi silueta encajada
                         A un traje que espero
                              Que desnudes fácilmente

Huelo como un caballero/ corrupto de lujuria fétida y sudor amargo

De esperar te espero, no tardes, que tengo frío.